CAMILA ALVAREZ

CAMILA ALVAREZ

*CAMILA*

Soy Camila, mujer, madre, pareja, antropóloga, fotógrafa.

Me gusta el horizonte, el mar, el río, el verde, los sonidos de la naturaleza, la música, las risas, el silencio. Intento comprender a las personas, aprender, ser feliz cada día.

Como antropóloga visual, mi manera de investigar es filmando y fotografiando aquello que me propongo conocer.

Me interesa con mi trabajo brindar herramientas a las personas para que puedan dar a conocer su mirada sobre ciertas problemáticas y a partir de allí comenzar a transformarlas.

Algunas fotos, algunos videos, algo de antropología, algunas reflexiones, sensaciones, vivencias.

Datos personales

Mi foto
Soy fotógrafa y antropóloga (UBA). Como fotógrafa actualmente me dedico exclusivamente al arte (habiendo trabajado durante años en fotografía publicitaria). Como antropóloga vinculo ambos lenguajes, especializándome en antropología visual. Mi trayectoria docente también es en estas dos disciplinas, ya que dicté materias de Fotografía (en la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la UBA, en la Escuela de Fotografía Creativa, en el Servicio Nº 65 de Arte Terapia del Hospital J. T. Borda entre otros) como también Seminarios de Antropología Visual (Facultad de Filosofía y Letras de la UBA). Trabajé en diversos organismos (Secretaría de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, Laboratorio de Políticas Públicas, Ministerio de Educación de la Nación, y también con becas y subsidios a proyectos puntuales (Beca grupal del Fondo Nacional de las Artes, subsidio a la creación del Fondo Metropolitano de la Cultura, las Artes y las Ciencias). Como antropóloga visual, mi manera de investigar es utilizando la cámara como herramienta, filmando y fotografiando aquello que me propongo conocer.

Paraísos inciertos

Este es el boceto de una obra conjunta que imaginamos con Carla Benedetti. A partir de una fotografía en formato de cámara 6x6 cm, tomada por mí en el Hospital Borda, sobre esa imagen originalmente en blanco y negro, Carla Benedetti interviene con su pintura embelleciendo y resignificando el encierro. 

Aún hoy nuestra sociedad encierra a personas con enfermedades mentales. En el Hospital Psiquiátrico Borda existe un único servicio de mujeres. En él residen unas veinte mujeres. Los lugares, las personas, los objetos con los cuales nos identificamos no están durante la internación. Todo es compartido y nada es propio. El beige neutro tiñe paredes, armarios, sillas, mesas, sábanas por igual, uniformando y homogeneizando los días. Afuera está el parque del hospital que miran por la ventana, y más allá están sus hogares.
Creemos que estas mujeres que están en mal momento de sus vidas tienen derecho a hacer del servicio un ámbito hogareño, a elegir pintar paredes, dejar su arte como decoración, tener música, libros y películas más que la televisión omnipresente y zombi, talleres, espacio de meditación, clases de expresión corporal, danza, y herramientas para producir, formarse, nutrirse, y construir un lugar de identidad y pertenencia en el tiempo corto o largo que les toque vivir allí.

Las pinturas crean escenas de una naturaleza paradisíaca basada en el amor, la diversidad y la libertad. La obra produce simbólicamente esas huellas imaginarias, a través de una realidad de grises que se transforma y eleva desde el color, los deseos, las fantasías, la belleza.

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